¿Cual es el motivo por el que un electrodoméstico con el que llevas toda la vida todavía funciona y sin embargo el que te compraste hace 2 años te esta dando ya problemas? ¿Cómo es posible? ¿Cuánto debería durar un aparato electrónico? Un estudio de la OCU ha analizado la vida útil de los electrodomésticos según su tipo y marca y de él hemos sacado estas cuatro verdades.
La marca importa en la vida útil de un electrodoméstico
Según el estudio la marca es determinante para establecer cuál será la vida útil de un electrodoméstico. Tener buena suerte en la compra de puede suponer una diferencia de años en la duración de un frigorífico, secadora o lavadora. Esto mismo pasa con la clasificación energética.
La encuesta de la OCU demuestra que los productos de algunos fabricantes son objeto de la llamada «obsolescencia programada». Esto quiere decir que, si eliges mal la marca, tienes más papeletas para que se estropeen antes de tiempo.
Es difícil que la vida útil de tu lavadora sobrepase los 10 años
Desde que sale de la tienda hasta que empieza a dar problemas con amortiguadores, centrifugado, fugas de agua, etc. puede transcurrir hasta una década. Es dificil que dure mucho más, aunque la influencia de la marca es clave. La OCU ha comprobado que un modelo Miele puede durar hasta 16 años, mientras que Haier, Samsung y Beko apenas duran 6 o 7 años.
Los mejores frigoríficos duran el doble que los peores
Con los precios que tienen los frigoríficos actuales, tener que sustituirlo demasiado pronto puede ser un gran roto en la economía familiar de un hogar. Una buena marca de las marcas longevas duplica la vida útil de los frigoríficos de los modelos más efímeros. Uno de una buena marca puede durante hasta 14 años mientras que otros de peor marca no llegan ni a los 8.
Es posible quedarte sin microondas en tan solo 5 años
El estudio de la OCU también habla de los pequeños electrodomésticos. Un microondas debería funcionar durante 9 o 10 años. El problema es que ciertas marcas tan solo duran 5 o 6 años. A la compra de un microondas se le concede mucha menos importancia que a la de un gran electrodoméstico. Esto hace que un buen número consumidores decida precipitadamente, basándose solo en el precio. Y termina cumpliéndose aquello de que lo barato sale caro.