
El horno, al igual que el microondas, es uno de esos electrodomésticos con los que siempre nos surge la misma duda: ¿qué recipientes puedo introducir en él? Te lo contamos para que tus interrogantes desaparezcan.
Lo más idóneo es que los recipientes que introduces en del horno sean de acero inoxidable, metal o aluminio. Estos materiales son los que mejor conducen el calor debido a que aguantan altas temperaturas, algo que también hace que los alimentos se cocinen más rápido.
Por otra parte, también se pueden utilizar recipientes de barro, pero estos es mejor que se metan dentro del horno nada más encenderlo. La razón es que no soportan demasiado bien los cambios de temperatura.
Los recipientes de piedra también son aptos para el horno, aunque te recomendamos lo mismo que con los de barro. Estos, por ejemplo, son ideales para cuando se precisa una cocción más lenta y regular.
No obstante, también podemos introducir recipientes de vidrio, aunque hay que tener cuidado y no poner el horno a más de 100°C porque el recipiente podría rajarse por la mitad. Es por ello que si vas a utilizar vidrio, optes por el vidrio templado o Pyrex, que soporta cualquier tipo de cambio de temperatura y no ofrecerá problemas.
La porcelana o el gres cerámico también son otra buena opción, al igual que la silicona, aunque con esta última hay que tener cuidado. No podréis usarla si vuestro horno cuenta con un sensor PerfectBake, porque podría estropearse.