Cuando el periodo estival se acaba, empezamos a pensar que pronto tendremos que poner en marcha la caldera con mayor frecuencia. Durante ese tiempo que ha trabajado lo mínimo para calentar agua, un sobreesfuerzo de cara al invierno puede llegar a producir averías, además de la acumulación de polvo que puede conllevar atascos. Así que, para no llevarnos un disgusto cuando vayamos a conectarla, es mejor que antes le hagamos una pequeña revisión para saber en qué estado se encuentra.
Las averías más comunes de la caldera
Si empiezas a oír ruidos de rozamiento en su sistema, ten por seguro que tendrás una avería en la bomba, mientras que si lo que oyes es un goteo en la parte inferior del aparato es posible que tengas una rotura de la válvula de seguridad, en la mayoría de los casos.
Las bajadas de presión también afectan a tu caldera y conllevan que el agua caliente y el calor de la calefacción desaparezcan. También puede producirse una obstrucción en la salida de humos, un problema grave ya que el monóxido de carbono que genera en su funcionamiento debería evacuarse por la chimenea o conducto de salida y no está ocurriendo así.
Otro de los problemas más comunes que puede presentar la caldera es la de la sonda de temperatura. Ésta es la encargada de detectar si el agua está caliente o no para dar la orden de calentar más y, si falla, se creerá que el agua está a una buena temperatura y, por lo tanto, no se ordenará la producción de más calor.
Si te encuentras con algunas de estas averías en tu caldera, u otra, ponte en contacto con nosotros para reparaciones en Alicante, y lo arreglaremos para que se libere del problema.